¡Hola chicas!
Les comienzo por platicar que ahora que estuve investigando para desarrollar mi tema pues me topé con que vivo una situación similar día a día y ¡no me había dado cuenta!
Ya sabemos que vivimos con nuestra vida a tope, siempre corriendo con mil cosas que a veces nos falta prestar atención a estos detalles y es totalmente válido pues los que no somos psicólogos no vemos más allá de las cosas; para no hacerles el cuento largo, mi hermano le regaló a uno de mis hijos un peluche de los paw patrol el cuál habla y tiene musiquita, por lo que mi niño se encariño demasiado con él, al año siguiente que cumple años mi otro niño, mi hermano le regala el otro paw patrol con el que también mi niño se encariña mucho.
Hace un tiempo vi que estaban demasiado sucios y como tienen la pila por los sonidos pues decidí cortar el cincho y retirar la pila para poder meterlos a la lavadora, pues tal es mi sorpresa al ver que estuvieron frente a la lavadora llorando y esperando que el ciclo terminara a lo que yo decía ¡ay por favor es sólo un peluche! ¿por qué le lloran tanto? no les va a pasar nada... solo se están lavando. Ellos estaban demasiado preocupados y me preguntaban si "Chasito y Marshital" estarían bien... a lo que yo les contestaba que si, que no se preocuparan pues solo eran peluches lavándose en una lavadora.
Ahora que investigo sobre el tema descubro que los amigos imaginarios no sólo son niños o niñas invisibles, si no que también se pueden traducir en objetos personificados e incluso pueden ser animales o mascotas no precisamente "niños".
¿Cuántas de nosotras como mamás no hemos visto que nuestro hijo o hija le da vida a un juguete, habla por medio de él, expresa lo que el objeto personificado desea y le da sus propias características, incluso un nombre propio?
Exacto... es más común de lo que parece y la buena noticia es que es totalmente normal, incluso cuando se trata de un niño o niña invisible.
En la etapa del desarrollo emocional y social que va desde los 2 o 3 años hasta los 8 o 9 años de edad es completamente natural que los niños tengan un "amigo imaginario" incluso es muy beneficioso pues su función es sólo jugar para desarrollar su introducción a lo que es la vida adulta; para los niños es muy díficil entender a los adultos por lo que buscan de esta manera ensayar los roles sociales y liberar emociones, lo cuál refuerza su autoestima.
La característica principal de un amigo imaginario "natural" es que el propio niño o niña tiene control sobre él, es decir, el niño o niña le dice que hacer, lo trae de un lado a otro, e incluso le da órdenes y no le genera ningún tipo de malestar ni incomodidad.
Como detectar cuando el amigo imaginario deja de ser "natural" para convertirse en "algo por lo que preocuparse":
1. El detalle viene cuando después de la etapa que ya mencionamos es decir un poco después de los 9 años de edad o a inicios de la adolescencia el amigo imaginario sigue ahí... si esto pasa ya puede ser considerada una patología la cuál debe ser tratada inmediatamente por un profesional el cuál evaluará el caso y le dará el seguimiento requerido.
2. Otro foco rojo es cuando el niño o niña deja de jugar con niños reales para sólo jugar con su amigo imaginario y más cuando esto viene acompañado de acciones negativas incitadas por el amigo imaginario, en este caso de igual manera es muy importante buscar ayuda profesional.
3. El tercer indicador de alarma es que el niño o niña presente alucinaciones táctiles, visuales o auditivas, es decir, estímulos que él o ella no pueda controlar a raíz de su imaginación, si no que solos lleguen y no puedan ser controlados por el niño o la niña.
Me despido esperando que este artículo les sea de gran ayuda así como reiterarles la importancia de acercarnos con un profesional en cuanto lo consideremos necesario, es de suma importancia estar al pendiente de nuestros hijos, no fomentarle un amigo imaginario si no lo tiene pues cada niño o niña es diferente y tampoco hacérselo ver como algo malo si es que si lo tiene, la comunicación como en todo es fundamental, platicar con el niño o niña sobre su amiguito, preguntarle sin incomodarlo o exagerar en las preguntas, simplemente a manera de que el pequeño o pequeña nos cuente sobre su amigo imaginario por si mismo con la libertad que él o ella sienta y no olvidar nunca nuestra gran tarea como padres: observarlos y estar al pendiente de los más pequeños del hogar.
De mamá a mamá...
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